Wednesday, 7 December 2022

Dilución alternativa ¿intervención poética?


No soy nada, nunca seré nada, no puedo querer ser nada, fuera de eso, tengo en mi, todos los sueños de este mundo.

Álvaro de Campos, es decir, Fernando Pessoa.

Resuelvo una alternativa para convertirnos en algo por un momento; para ser alguien contra la nada adonde vamos, esas personas allá abajo y yo aquí arriba, ahíto de cerveza, contemplando en la cornisa: grazna un chanate, el cielo es gris, apenas brizna, pero hace rato hubo un aguacerazo que casi diluyó por completo el poema escrito con gises de colores en la pared de enfrente, ya solo se lee:

y a veces los arcoíris

también pueden ser de un solo color…

esas palabras de aliento revelan una alternativa; porque cuando venía subiendo el edificio tan solo me concentraba en que, para que ya no fuéramos con rumbo a la nada; tendría que aventarme al escampar, cuando la gente saliera de sus guaridas a su concurso cotidiano me aventaría y de algún modo, al ser algo rojo diluyéndome entre la muchedumbre, tal vez pudiera descolocar la carrera hacia la nada.

Pero ahora, en vista de que la gente pasa sin reparar en que un poema pronto se disolverá para siempre de la pared que destila colores, he resuelto ser el duende al final del arcoíris: hacer del poema un performance, hacer que caiga como llonizna en aquellas personas desguarnecidas un oro diluido al otro lado de un fugaz arcoíris de color ambarino que parece nacer de mis manos...

Sunday, 21 February 2016

Anochecer en el Naschmarkt

Había escuchado pláticas en que se refería al Naschmarkt como el paraiso vienés de la cháchara, el trueque y los artículos de medio cachete: el lugar donde se entremezclan las  antigüedades y las cosas que todavía aguantan a precios de regalo; quizá fue mi añoranza del tianguis y de la paca la que condujo mis pasos, aquel anochecer de sábado, a conocer el lado bara-bara de Viena.
Cuando llegamos, el comercio ya era casi nulo (un turco remataba su ropa gritando en alemán algo así como ¡llévele, llévele todo se va por medio euro!) sin embargo, todavía había mucha gente explorando con sus lámparas de mano las montañas de libros que se extendían como cordillera literaria por un buen tramo de la calle; los niños eran los más activos rascándole a los libros, vi como  a una güerita se le iluminó la cara al hallazgo de un libro de princesas, gritó ¡mutter! y le aventó el libro a su mamá quien lo guardó en una bolsita. Mi amiga ya se había unido a la búsqueda cuando yo todavía estudiaba la situación ¿a quién había que pagarle, era seguro estar ahí? ¡qué bueno que lo hice! porque vi como se avecinaba una máquina de esas para quitar la nieve, cuyo conductor parecía poco preocupado por saber si con lo que arrasaba era basura, literatura o humanidad, le advertí a mi amiga y nos quitamos a tiempo, pude ver como una caja muy bonita de madera se destruía al ser aplastada por la arrasadora, dejando expuesto el tesoro que resguardaba, y que consistía en boletos y programas de la ópera de Viena de la década de los 80's, fotos viejas de una pareja de ancianos, y unos documentos escritos a mano en alemán y que parecían ser cartas de amor; me sentí un poco melancólico pero nada hice por entender las cartas o salvar el tesoro, me pareció digno que los vestigios de aquella relación se evanescieran en una cordillera literaria.
Caminamos de regreso al metro, mi amiga estaba alegre porqué había logrado rescatar los libretos de la Flauta mágica y del Holandés errante; creo que también un libro de García Márquez.

Sunday, 1 November 2015

Despejos y despejismos I


Transitamos en este laberinto de espejos y de espejismos buscando vislumbrar el rumbo; si es que una vez hubo algún rumbo.

Se dice que hay atajos: estados alterados, jugarnos el pellejo o ponernos en otro, en la corteza de un árbol; irnos con el río hasta llegar al otro lado.

Salirse de uno para ver desde afuera, para verse desde allá; ese es el signo del espejo. Espejo: una promesa de reflejos y sus reflexiones.

Espejismo: un vaivén de nitidez y de humo; esplendor de obsidiana.

¿Adónde irás sino a la reflexión del humo?


Thursday, 11 December 2014

Transtorno bipolar



El problema cardinal de la orientación consiste en que los polos norte, magnético y geográfico, no se encuentran en un mismo punto septentrional; pues a diferencia del geográfico (que siempre se puede tener la seguridad de encontrar a 66.5 grados de la eclíptica), el magnético va cambiando de posición conforme cambia la vibra del planeta; de tal manera, que a veces ¡el polo norte se encuentra al sur del mundo! lo cual es menos escandaloso si se considera que en electromagnetismo puro: el polo norte magnético terrestre es más bien un polo sur, denominado polo norte en navegación; para evitar la confusión brujular de los marineros… así parece que el llegar adónde uno va, es más bien cuestión de encomendarse a la fortuna, o como dice un versito del balajú "si al atravesar la mar la suerte no me abandona" 

Sunday, 1 December 2013

Un falso cognado; y chido

En su papel de interlingua contemporáneo, que bien me caería que hubiese una palabra en el idioma inglés con la que pudiera expresar lo chido, sin tener que conformarme con las menos pintorescas "cool" o "nice".
"Chide" es el cognado: falsísimo porque puedo interpretarlo como reconvenir o regañar moderadamente; y chido porque en su carácter de verbo me invita a la acción, y yo, en español, acepto:  chidié, chideo, chidearé.
Me pregunto si el adverbio (chidingly) podría ser chido en sí, o tendría que ser chidamente.

                         Andar chideando chido,
                 o chidamente:
      es algo que me gustaría hacer seguido,
                                                  o frecuentemente.